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Como ya sabréis ser docente es un trabajo que exige bastante, es decir, el timbre no marca el final de tu jornada laboral. Y siempre estamos pensando en lo que tenemos que preparar para mañana. Ahora que acabamos de empezar un año nuevo, que mejor opción que renovarnos un poco y plantearnos algunos propósitos.
No saldré de clase sin:
Tener lista el aula para la siguiente clase con la ayuda de algunos alumnos encargados por semana.
Proporcionar un ambiente cómodo, seguro y tranquilo.
Preparar actividades y tareas que resulten estimulantes y sean de interés para ellos.
Tener un entorno que facilite el aprendizaje.
Valorar los logros y los progresos de mis alumnos.
Dar y seguir unas pautas claras en el aula con el fin de mantener siempre el orden.
Mejorar su pensamiento crítico.
Inspirarles y fomentar el espíritu creativo.
Involucrar a las familias.
Observar cuidadosamente la actitud de todos mis alumnos.