Hoy entrevistamos a Helena Figuerola, una psicóloga y coach certificada experta en educación y creatividad.
Helena, como psicóloga colegiada y coach certificada, ¿nos puedes explicar qué diferencia hay entre un psicólogo y un coach?
Me gusta mucho que me hagas esta pregunta porque hay mucha confusión, incluso intrusismo profesional, que no ayuda nada a la credibilidad de coachs y psicólogos.
El coaching se basa en que las personas tendemos a cerrar la perspectiva, la historia personal, las experiencias y la nuestra manera de pensar puede llegar a ser un condicionamiento que no ayude a solucionar conflictos, ir tropezando con la misma piedra, impidiéndonos avanzar en nuestra evolución. Siempre que hablamos de un proceso de coaching estamos hablando de alguien que quiere conseguir un objectivo, que necesita hacer un cambio o encontrar la manera para llegar a su propósito.
Pueden ser temas de tipo profesional o personal. El coach se define como el entrenador o guía de la persona; a través de sus preguntas establece un diálogo que potencia sus habilidades, facilita ver el tema desde otra perspectiva y te empuja al cambio y a la acción.
La gran diferencia con la psicología es que esta tiene una razón de ser curativa, el psicólogo ayuda a las personas con problemas que requieren terapia, tanto en casos de patologías, acompañando a la psiquiatría, como por ejemplo personas que sufren fobias, o bipolaridad, como en casos de trastornos emocionales o traumas vivenciales.
Siempre pongo un ejemplo muy expresivo, si tienes una herida en el pie, no puedes correr, primero te tienes que curar la herida y después ya correrás. La psicología cura la herida, con el coaching correrás para conseguir un objectivo concreto: mejorar profesionalmente, conseguir un buen clima familiar, decir lo que piensas, saber decir no…
Como experta en niña y niños, ¿cuáles crees que son los puntos diferenciales de los niños de ahora respecto a los nacidos antes del 2000?
Este tema es mi especialidad, llevo 20 años trabajando con familias y niños, tanto com orientadora y coaching familiar, como directora de estudios psicosociales, uno de los temas que en este momento más em preocupan y movilizan son los cambios transcendentales en los factores influyentes en los niños, como son las tecnologías y las tendencias relacionales padres- hijos, crisis, estrés, poco tiempo, etc.
Las tecnologías están resultando un estímulo influyente en la evolución de los niños, que ha modificado la tendencia evolutiva en la formación de las emociones. Antes el juego simbólico con la imaginación y la proyección espontánea era una pieza troncal en la comprensión del entorno emocional. Los niños y las niñas , todos, lo hemos utilizado para asumir las emociones recibidas, entender y aceptar frustraciones, conflictos, afectos y desafectos. Ahora la imaginación está siendo substituida por las historias que la tecnología ya lleva narradas, una película, una serie de televisión, todo se convierte en el mundo virtual. Los niños juegan con la consola, con el móvil, con el ordenador, con el ipad sabiendo el guión y sometidos a las pautas del juego. La posibilidad de proyectar su propia fantasia es nula. No estoy en contra de las tecnologías, ni mucho menos, estoy a favor de que padres, maestros e instituciones potenciemos la imaginación y la creatividad de los niños por su bien emocional. Sino tendremos unos estereotipos de jóvenes con respuestas emocionales aprendidas, que ya empezamos a observar.
¿Nos podrías explicar qué talleres has realizado con escuelas? ¿Cómo se organizan? ¿Se implican sólo los profesores? ¿También los niños y niñas y las familias?
Son talleres de creatividad, tanto para niños como para mestros, incluso en la Feria de la Psicología los hicimos con padres y niños a la vez, todos juntos, y dieron un resultado sorprendente, acercando la mirada de unos y otros.
Los talleres con niños potencian la creatividad, la imaginación, y el espíritu emprenedor. La creatividad aporta un beneficio motivacional muy importante, da seguridad, autoestima, te hace perder el miedo y estimula el pensamiento divergente, las soluciones inesperadas. Los niños se lo pasan muy bien, interactúan, crean, inventan, disfrutan de un espacio nuevo y estimulante, al acabar los talleres he tenido comentarios buenísimos, “ nunca hubiera pensado que sería capaz de tener ideas”, “ he estado a punto de quedarme en casa haciendo los deberes, qué burro, si ya los haré en su momento” “ ¿puedes venir a la fiesta de mi cumple?»
Para los maestros los talleres tienen un significado doble: primero de todo, sobre la mente, com a todos los adultos, los maestros también pueden haber aprendido unas tendencias de pensar y actuar, olvidando otras perspectivas, es un revulsivo motivacional y cognitivo. También te ayuda en el trato con los alumnos, el espíritu és contagioso, está en linea con la competencia curricular de aprender a aprender.
¿Consideras que la educación se ha de llevar a término entre escuela y familia por igual? Nos podrías dar unas pautas para que esta unión sea más fuerte? ¿Alguna recomendación?
Ya sabes que hay padres muy implicados en la educación de sus hijos y otros que el día a día los lleva a una relación muy normativa: ¿ya has hecho los deberes? Recoge tu habitación, corre que nos vamos, pórtate bien…y dejan la educación en manos de la escuela.
También hay maestros que enseñan la asignatura, hablo más de los de secundaria, y se olvidan que hay que educar a la persona en la su plena expresión, no solo son conocimientos sino valores, perspectivas de vida, posibilitando la evolución única de aquella persona. Piensa que educar en latín quiere decir “extraer».
¿Recomendación? Primero de todo, para conseguir esta unión, la escuela debe conseguir la implicación de los padres. Algunas Ampas son activas, ya lo sé, pero no existe una MAMPAS (Maetros & padres).
Yo aconsejo realizar jornadas mixtas padres/mestros, un up to date.
Estamos delante de un nuevo paradigma educativo y todos tenemos que implicarnos. La concienciación de los padres y maestros respecto a la realidad de los niños y niñas de hoy es fenomenal, no entenderemos a los niños si no practicamos la immersión con su nombre. ¿Sabemos qué efectos tienen las horas multipantalla que practicamos con los niños, la tele, móvil, ipad todo a la vez?, ¿Sabemos qué efectos tienen los juegos basados en una serie de televisión? ¿Sabemos dialogar con los niños y niñas de hoy? ¿Practicamos la mirada horizontal con ellos o la vertical? ¿Entenemos que todo lo que dicen tiene una razón?
Lo que ahora observamos es el sentimiento de poder que los niños sienten delante de los adultos, a nivel grupal hay una consciencia colectiva reforzada por el mundo virtual. Tened muy en cuenta que los niños pasan del mundo real al virtual muchas veces al día. Muchos padres o maestros no juegan la liga de lo virtual, o son opositores, o son ineptos y piden consejo a sus hijos…
He tenido casos de madres agobiadas por la adicción de su hijo al móvil, siendo ellas antitecnológicas o padres con facturas increíbles de internet, cuando ellos máximo hacen el pedido del supermercado.
Si los adultos no nos ponemos, no podremos hablar de igual a igual.
Vemos que eres una gran investigadora y divulgadora del tema de la Creatividad. ¿Por qué crees que es tan importante? ¿Cómo la podemos fomentar en las escuelas?
La decisión de un cuadro directivo o de profesores de llevar creatividad a la escuela es el primer paso, porque una vez se inicia el espíritu creativo se expande, no podemos hacer un taller de creatividad aislado si toda la filosofía de la escuela es de carácter contrario.
Los talleres de creatividad son una opción muy buena para comenzar a estimular a los niños en esta habilidad.
En cuanto a los maestros, aconsejo conjugar Creatividad con Coaching en este caso el trabajo es completo. Por un lado hay la fase teòórica, enseño las técnicas de creatividad más idóneas, por otro la fase práctica desarrolla talleres experienciales y todo el proceso lo acompaño con sesiones individuales de coaching para ayudar a potenciar las fortalezas creativas y superar creencias limitantes.
¡Muchísimas gracias por estas recomendaciones y por tu tiempo, Helena! Hemos aprendido un montón de cosas contigo.