Los teclados tienen cada vez más protagonismo. Pero no debemos dejar que ganen por completo la partida al papel y al lápiz (o boli). ¿Por qué? Su uso puede afectar al desarrollo del cerebro, especialmente en el caso de los niños.
Según un estudio de la Universidad de Princeton y la Universidad de California, los alumnos que toman apuntes a mano tienen, en general, mejores resultados que los que toman notas en un ordenador. Los que apuntan a mano aprenden mejor, retienen la información durante más tiempo y captan más fácilmente nuevas ideas.
Con un teclado nuestro ritmo de escritura puede ser mayor, sin embargo, escribir a mano nos obliga a sintetizar al instante y ejercitar más el cerebro para plasmar las ideas que escuchamos en el papel. Es decir, escribir a mano requiere un mayor esfuerzo. Pero este se ve recompensado con una mejor asimilación y retención de los conceptos.
Otro estudio de la Universidad de Indiana comprobó mediante una resonancia magnética que al escribir a mano se activan más áreas de nuestro cerebro que al hacerlo con el teclado. Es posible que parte de ello se deba a la retroalimentación de la actividad motora. Los movimientos que hacemos al escribir a mano dejan una memoria motora en la parte sensoriomotora del cerebro que crea una conexión entre lo que se escribe y se lee.
Podéis hacer el ejercicio; escribid un listado de cosas a ordenador y otro a mano. Después, sin mirar, comprobad de cuál os acordáis mejor.