Pedagogía Freinet

La pedagogía Freinet se basa en la idea de que los niños son personas activas y creativas, con sus propios gustos y ritmos. Se apuesta por la experimentación y la libre expresión. Personalización y cooperación son otros de los conceptos que también se asocian a esta pedagogía.

Célestin Freinet

Célestin Freinet (1896-1966) fue un maestro y pedagogo francés. A los 24 años empezó a ejercer como profesor en una pequeña escuela rural. Su actividad social, política y sindical tendrá una profunda influencia en su pedagogía. Impulsor de la Cooperativa de Enseñanza Laica, también formó parte del movimiento de la Escuela Moderna (considerado por algunos como su iniciador).

Técnicas Freinet

Las propuestas de Freinet buscan que los alumnos puedan construir su propio aprendizaje y desarrollen su creatividad.
Estos son algunos ejemplos:

  • La asamblea: consiste en reservar un tiempo cada día o cada semana para hacer una reunión de toda la clase y hablar sobre los proyectos que se quieren trabajar o conflictos que puedan haber.
  • Texto libre: el niño elige lo que quiere escribir. No hay un tema, no hay tiempo, y cuando lo tiene listo lo comparte con los demás alumnos para comentarlo entre todos. En el caso de los niños que aún no saben escribir, se puede hacer mediante un dibujo.
  • La revista o periódico escolar: los textos que escriben los niños sirven para elaborar una revista o periódico escolar. Se puede compartir con las familias y otras personas del entorno, incluso con otros centros educativos.
  • Planes de trabajo: se deciden entre todos los temas y proyectos en los que interesa trabajar. El profesor guía a los alumnos y ellos se convierten en sujetos activos de su propio aprendizaje, comprometiéndose a aprender lo que hayan decidido en el plan.

¿Qué os parece la pedagogía Freinet?

¿Codocencia o bajar ratios?

¿Es lo mismo tener dos profesores para una clase de 40 alumnos que dos clases de 20 alumnos y un profesor para cada una?

Codocencia

El primer caso sería un ejemplo de codocencia, donde el grupo de alumnos es más numeroso, pero hay varios profesores en clase. Según los centros que la aplican, esta permite atender mejor toda la diversidad que hay en el aula.
Además, se puede abordar un mismo tema o proyecto desde diferentes especialidades al poder contar con los profesores de cada una al mismo tiempo. Por ello, es habitual que se trabaje por ámbitos, más que por asignaturas.

Uno de los grandes obstáculos (si no el principal) para aplicarla es la financiación; se necesitan recursos para contratar a profesores y adaptar las aulas. Por otra parte, este modelo también requiere que los docentes cambien su forma de trabajar, ya que se trata de una forma de organización distinta en la que el trabajo en equipo es muy importante.

Bajada de ratios

Reducir el número de alumnos por clase siempre ha sido una reivindicación de muchos centros y docentes que ven en esta medida una solución para mejorar la calidad de la educación. Pasar de clases de más de 30 alumnos a unas de entre 10 y 20. Incluso la Red de Atención a la Infancia de la Comisión Europea recomienda que no se superen los 20 alumnos por aula en la etapa de enseñanza obligatoria de 6 a 16 años.

¿Cuál es vuestra opinión al respecto? ¿Preferís la codocencia o tener menos alumnos por aula?

«Enseñamos a comunicar la ciencia de una manera más lúdica y emocionante»

Helena González es licenciada en Biología y Bioquímica por la Universidad de Salamanca y Doctora en Biomedicina por la Universidad de Barcelona. Fundadora de Big Van Ciencia (www.bigvanciencia.com), una iniciativa dedicada a la educación, divulgación y comunicación de la ciencia con actividades atractivas para todo tipo de públicos.

¿Cómo nació Big Van Ciencia?

Big Van Ciencia nació en 2013 gracias a un grupo de personas que nos dedicamos a la ciencia. Nos conocimos en un concurso de monólogos científicos llamado Famelab. Los finalistas de aquel concurso, entre los cuales había biólogos, físicos, químicos y hasta ingenieros, decidimos juntarnos para comunicar la ciencia a distintos tipos de público y en lugares que no necesariamente estaban reservados para la ciencia; llevarla a centros culturales, a teatros, a las fiestas de los pueblos… para que forme parte de la cultura.

Comenta que está especialmente interesada en la educación científica en primaria. ¿Por qué en esta etapa?

Creo que es donde se empieza a formar la personalidad y la manera de pensar. Si queremos adultos que tengan un pensamiento científico, más crítico, que sepan buscar la información más fiable… será más fácil conseguirlo si desde pequeños les hemos enseñado a ver el mundo desde una perspectiva más científica.

¿Qué ofrecen desde Big Van Ciencia a los docentes?

Ofrecemos cursos de formación y proyectos. Llevamos espectáculos de ciencia a las aulas y tenemos formaciones para que los docentes puedan implementar proyectos de educación científica, relacionados con temas como la sostenibilidad y el cambio climático, nutrición, etc.
Enseñamos a comunicar la ciencia de una manera más lúdica y emocionante y promovemos que los alumnos se conviertan en comunicadores científicos y generen sus propios materiales de comunicación: vídeos, podcasts, espectáculos de teatro…
Además, también damos formación de pensamiento científico dentro del aula a profesores de primaria y de secundaria.

El título de uno de sus libros es muy representativo de cómo comunican la ciencia; “Tenemos menos genes que un brócoli… Y se nota”. ¿Es así?

Así es, tratamos de utilizar el humor y acercarnos al público a través de las emociones. En cuanto al título, es cierto, tenemos menos genes que un brócoli y se nota; porque no somos brócoli. El título pretende dar una idea de lo que se puede encontrar dentro del libro, que es un ensayo sobre genética, epigenética… desde lo más básico, hasta cuestiones más avanzadas como temas de clonación o edición genética y todas las implicaciones éticas que eso conlleva. Pero el título ya indica que está escrito de una manera amable, contando anécdotas…

¿Qué papel juega el humor a la hora de enseñar ciencia?

Creo que es fundamental para desmitificar el papel serio que ha tenido históricamente la ciencia. La ciencia la hacemos una comunidad de científicos y científicas, que somos personas, y podemos comunicar lo que hacemos de una manera mucho más cercana, no necesariamente utilizando tantos tecnicismos (que por supuesto son necesarios para comunicar ciencia). Podemos, de alguna manera, traducir ese conocimiento científico a algo que todos podamos comprender y disfrutar. En este sentido, el humor es fundamental para acercarnos a la gente.

Durante el confinamiento participaron en el programa “Aprendemos en casa” de ClanTV y La2. ¿Cómo fue la experiencia?

Fue una experiencia maravillosa. Con el confinamiento estábamos todos encerrados en casa y muchos de nuestros proyectos educativos se tuvieron que aplazar. El programa nos permitió continuar con la educación científica y en un formato audiovisual como la televisión. Fue muy gratificante ayudar a los niños y niñas que no podían ir al cole y a aquellos que no tenían ordenador para poder seguir las clases online. Tuvimos muchísima suerte de formar parte de este programa y de dar las clases de ciencia. Afortunadamente, tuvo tanto éxito que se ha mantenido (aunque ahora se llama “Aprendemos en Clan” y está más orientado a primaria) y nosotros seguimos participando.