A Andreu Dotti no le gustaba nada ir a la escuela: la dislexia y el TDAH marcaron su infancia, como ocurre con muchos niños y niñas. Pero lo que parecía un obstáculo se convirtió en el motor para transformar la manera de aprender matemáticas. Con solo 20 años, junto con su equipo, fundó Innovamat, un proyecto que hoy llega a más de medio millón de alumnos en ocho países y que quiere cambiar la visión que tenemos de las matemáticas: que dejen de ser un problema y se conviertan en una herramienta para pensar, razonar y disfrutar.
En Aula de Paper hemos querido hablar con él sobre innovación educativa, motivación en las aulas y cómo maestros y alumnos pueden aprender de una manera más dinámica y organizada.
Andreu, de pequeño no te gustaba ir a la escuela. La dislexia y el TDAH marcaron tu experiencia.
¿Cómo influyó esto en la decisión de dedicarte a cambiar la forma en que se enseñan las matemáticas?
Es cierto que mi experiencia en la escuela no fue buena. Me costó mucho asumir que no valgo menos que los demás; solo que mi cerebro aprende de manera diferente. Gracias a ello también desarrollé otras habilidades. Por ejemplo, siempre he sido muy curioso y emprendedor, me ha encantado organizar cosas. Lo primero que monté fue un equipo de fútbol en el pueblo y luego una academia de refuerzo extraescolar con amigos de la universidad. Desde allí, hablando con maestros, nos dimos cuenta de que había una necesidad dentro de las aulas de matemáticas.
A los 20 años ya comenzaste con este proyecto. ¿Qué necesidad visteis en aquel momento y cómo se convirtió en la base de Innovamat?
Inmersos en el mundo del refuerzo extraescolar, entramos en contacto con el sector educativo y nos dimos cuenta de que podíamos ayudar a los docentes de matemáticas. Muchos alumnos las rechazaban, no las entendían o las afrontaban con ansiedad y miedo.
Tras la buena acogida y al ver el potencial de las actividades que proponíamos, muchos centros nos pidieron materiales para poder utilizarlos también en sus aulas de matemáticas, durante el horario lectivo.
El reto, entonces, era ofrecer a los docentes una trayectoria completa y coherente que les permitiera estructurar todas las clases del curso y, al mismo tiempo, dar continuidad a toda la etapa escolar. Fue en ese momento, en 2017, cuando conocimos a Laura Morera y Cecilia Calvo, dos doctoras en didáctica de las matemáticas y maestras con amplia experiencia, con quienes comenzamos a conceptualizar materiales curriculares de matemáticas.
La investigación en didáctica de las matemáticas acumulaba ya décadas de experiencia, con instituciones de prestigio como el NCTM (National Council of Teachers of Mathematics), el Instituto Freudenthal (Universidad de Utrecht) o las facultades de Didáctica de muchas universidades. Había, por tanto, mucho conocimiento generado, pero faltaban materiales estructurados que facilitaran su transferencia al aula.
Así, en 2017 desarrollamos los primeros materiales de matemáticas para 1º de primaria, pensados para ofrecer herramientas a los docentes para gestionar el aula y fomentar un aprendizaje significativo. Ese mismo año comenzamos con 13 escuelas piloto y cerca de 500 alumnos, que nos ayudaron a mejorar la propuesta y a crecer año tras año.
Dices que no queréis que las matemáticas jueguen un papel negativo en la vida de los alumnos. ¿Cómo lo hacéis posible en las aulas?
Primero, atendiendo las necesidades de los docentes y ayudándoles a ayudar a los alumnos. Después, entendiendo que todos los alumnos son diferentes, siguiendo las evidencias y los marcos teóricos existentes en investigación educativa. Esto implica ayudar al alumnado a construir profundamente el conocimiento y desarrollar la fluidez de pensamiento. Y recordando también que el esfuerzo es importante: atender las necesidades de los alumnos no significa allanarles el camino, sino guiarlos para que comprendan que el esfuerzo y la perseverancia son fuentes enormes de aprendizaje. El momento en que un alumno termina resolviendo un problema de matemáticas que le ha costado un esfuerzo es incomparable.
Las matemáticas siguen una jerarquía muy definida: cada nuevo concepto se construye sobre bases sólidas que deben comprenderse antes de avanzar. Por eso diseñamos materiales que respetan este proceso, garantizando que cada alumno asimile profundamente los contenidos y pueda progresar con seguridad y confianza. Para nosotros es prioritario que el alumnado entienda los contenidos y el porqué de lo que hace, que construya conocimiento mientras le da sentido a través de habilidades y desarrolle fluidez con los contenidos.
Innovamat no es solo para alumnos, también acompaña a los maestros con materiales y formación. ¿Cómo ayudáis a un docente a hacer las clases más dinámicas y motivadoras?
Los docentes son la pieza clave de todo este entramado. Nuestro equipo está formado por muchos maestros y profesores de todas las etapas educativas, así como siete doctores y doctoras en Didáctica de las Matemáticas. Por eso, al proponer los materiales educativos tenemos muy en cuenta las necesidades dentro del aula.
Nosotros reivindicamos el papel esencial de los maestros y les acompañamos y formamos para que se sientan seguros a la hora de guiar a sus alumnos en la construcción del conocimiento. Les ofrecemos material didáctico para que en la clase de matemáticas haya conversación, manipulación y un ambiente de resolución de problemas, y para que puedan guiar al alumnado, plantearles preguntas y dar sentido a todo lo que ocurre en clase.
Además, también les ofrecemos herramientas de evaluación como informes detallados para seguir el progreso de cada alumno y tomar buenas decisiones en el aula. En este sentido, organizamos formaciones recurrentes sobre gestión del aula. Además, un especialista en didáctica de las matemáticas acompaña a cada escuela durante todo el curso para ofrecer formación y soporte de manera continua.
En Aula de Paper destacamos la importancia de organizar el estudio con herramientas como las flashcards de colores, los cuadernos que permiten separar por temas o la digitalización de apuntes con Scribzee para poder repasarlos en cualquier momento.
¿Qué importancia tiene la organización del aprendizaje en matemáticas y cómo pueden los profesores combinar propuestas como Innovamat con recursos que ayuden a memorizar y estructurar mejor los contenidos?
El docente es quien mejor conoce la realidad de su aula y de su alumnado. Desde Innovamat les ofrecemos una propuesta curricular completa pero flexible, para que puedan adaptarla a las necesidades específicas de sus alumnos.
El registro tiene un papel clave en la generación de hábitos y en la consolidación del aprendizaje. Por eso, cada sesión de matemáticas que proponemos termina con un momento de registro en papel, donde el alumno recoge en su cuaderno lo que ha trabajado. Cualquier recurso que contribuya a organizar el aprendizaje es, sin duda, más que bienvenido.
Innovamat apuesta por el razonamiento, la experimentación y el diálogo en lugar de la simple memorización. ¿Cómo se puede encontrar el equilibrio entre razonar y retener lo aprendido?
La memoria es una herramienta potentísima en educación, pero a veces puede ser engañosa, porque te puede hacer creer que has entendido un proceso matemático cuando en realidad solo lo sabes hacer porque lo has memorizado. La investigación en didáctica de las matemáticas no deja dudas: para aprender matemáticas hay que entender realmente los contenidos, generar fluidez y desarrollar habilidades como la resolución de problemas, el razonamiento o la capacidad de hacer conexiones, tanto dentro como fuera del aula. La memorización es necesaria, pero debe ser la consecuencia de la comprensión profunda y la práctica sistemática, no la estrategia principal de aprendizaje.
Muchos alumnos aún viven las matemáticas con miedo o desmotivación. ¿Cómo te imaginas un aula de matemáticas dentro de diez años si logramos este cambio de mirada?
El aula de matemáticas del futuro ya es, afortunadamente, una realidad en el presente. Un aula dinámica, donde la construcción del conocimiento se articula a través de la conversación matemática, la manipulación y la resolución de problemas.
Es un espacio donde el alumno asume un papel activo en su aprendizaje, acompañado por un docente que orienta, plantea buenas preguntas y da sentido a los procesos que se desarrollan.
En esta aula se manipula, se representa, se debate y se conectan ideas. El alumnado encuentra un entorno seguro, donde el error se concibe como una oportunidad para aprender y avanzar. En definitiva, un aula donde todos se sienten capaces de pensar matemáticamente, con confianza y sin miedo.
Cuentas con un gran equipo de maestros, doctores e investigadores. ¿Qué papel juega la investigación para llevar a las aulas métodos que realmente funcionen y no solo intuiciones?
Para nosotros, la investigación es fundamental. Todo lo que ofrecemos lo hacemos porque sabemos que funciona, porque está sustentado en evidencia científica y en la observación directa en el aula. La investigación nos permite avanzar con rigor y humildad.
También tenemos nuestro propio grupo de investigación, para no dejar de indagar y generar evidencia que permita medir el impacto de la propuesta, descubrir factores que influyen en el aprendizaje y transferir resultados para contribuir a la didáctica.
En este documento, Libro Blanco: El aprendizaje de las matemáticas, hemos recopilado todos los marcos teóricos que sustentan la investigación detrás de los materiales. El documento también incluye la coherencia con los currículos internacionales y los criterios pedagógicos que guían los recursos y materiales de Innovamat. Es una guía de referencia para entender en profundidad nuestra visión sobre el aprendizaje de las matemáticas y el rigor científico que orienta nuestro trabajo.
Hoy estáis presentes en nueve países y llegáis a más de medio millón de alumnos. ¿Qué significa para ti ver cómo una experiencia personal se ha convertido en una herramienta global?
Es una responsabilidad y, al mismo tiempo, la confirmación de que vamos por buen camino. Las necesidades que detectamos en las aulas no son exclusivas de un país o de un tipo de escuela: los alumnos aprenden de manera similar en cualquier lugar y los docentes se enfrentan a retos parecidos.
Saber que nuestro trabajo está contribuyendo a que más alumnos disfruten de las matemáticas, aprendan a razonar y a pensar, y que los docentes se sientan acompañados, nos da una enorme motivación para seguir mejorando y creciendo.
Cada país tiene sus particularidades, sus currículos y sus tradiciones educativas, pero la esencia del aprendizaje de las matemáticas es universal: curiosidad, pensamiento crítico, resolución de problemas y comprensión profunda. Que nuestra propuesta llegue a tantas escuelas significa que estamos acercando un modelo de aprendizaje basado en evidencias y en la práctica real del aula, y eso es muy gratificante.
Para cerrar, ¿qué mensaje darías a docentes, alumnos y familias que todavía ven las matemáticas como un obstáculo?
A los docentes les diría: confíen en sus alumnos, denles oportunidades para pensar y experimentar, y busquen apoyos y herramientas que les ayuden a guiar el aprendizaje.
A los alumnos: no tengan miedo de equivocarse, cada error es un paso más hacia entender y razonar. Las matemáticas son una herramienta maravillosa para pensar mejor.
Y a las familias: apoyen la curiosidad, celebren los esfuerzos y no solo los resultados. Aprender matemáticas no es memorizar fórmulas, es aprender a pensar, a razonar y a comprender el mundo que nos rodea.
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