Por desgracia, las noticias sobre actos terroristas no dejan de sucederse y los niños también se hacen eco de ellas. Surge la duda de si es mejor intentar protegerlos de ese tipo de noticias y, por ende, de una parte de la realidad. Pero tarde o temprano se harán preguntas. Aunque es una conversación que probablemente surja en casa y deban abordarla los padres, también puede producirse en el aula. A veces, tras un hecho especialmente trágico y cercano, quizás sean los mismos profesores los que decidan sacar el tema para reconfortar a los alumnos. Por eso reproducimos algunos de los consejos al respecto de AACAP (American Academy of Child & Adolescent Psychiatry):
Escuchar a los niños:
- Crear un tiempo y lugar para que los niños hagan preguntas. No forzar a los niños a hablar acerca de las cosas hasta que estén listos.
- Recuerda que los niños tienden a personalizar las situaciones. Por ejemplo, se pueden preocupar por los amigos y familiares que viven en una ciudad o estado asociado con los incidentes o acontecimientos.
- Ayuda a los niños a encontrar la forma en que se puedan expresar. Algunos niños quizás no sean capaces de hablar acerca de sus pensamientos, sentimientos o temores. Otros pueden sentirse más cómodos dibujando, escribiendo historias o poemas directa o indirectamente relacionados con los hechos.
Contesta las preguntas de los niños:
- Usa palabras y conceptos que el niño pueda entender. Formula la explicación de forma apropiada a la edad y nivel de entendimiento del niño. No lo abrumes con mucha información.
- Dale a los niños contestaciones e información sincera. Hay que ser consistente y darles confianza, pero no con promesas irreales.
- Evita estereotipar los grupos de personas en función de su raza, nacionalidad o religión. Haz uso de la oportunidad para enseñarles tolerancia y explicarles los prejuicios.
- Recuerda que los niños aprenden al observar a sus padres y maestros, al ver cómo responden a los acontecimientos y al escuchar sus conversaciones con otros adultos.
Darles apoyo:
- Coordina la información dada en la escuela con la del hogar. Los padres deben saber acerca de las actividades y discusiones en la escuela y los maestros deben de saber acerca de los miedos y preocupaciones particulares del niño.
- Los niños que han experimentado un trauma o pérdidas puede que tengan reacciones más intensas con respecto a las tragedias o noticias sobre la guerra o incidentes terroristas. Estos niños puede que necesiten apoyo y atención extra.
- Estar pendiente a los síntomas físicos relacionados con el estrés. Muchos niños demuestran su ansiedad y estrés quejándose de dolores y achaques físicos.
- Los niños que parecen estar demasiado preocupados o con mucho estrés acerca de la guerra, peleas o terrorismo deben de ser evaluados por un profesional de la salud mental cualificado.
- Ayude a los niños a comunicarse con otros y a expresarse en el hogar. Algunos niños pueden querer escribir cartas al presidente, gobernador, periódico local o las familias apenadas por el luto.
- Permita que los niños sean niños. Tal vez no quieran pensar o hablar acerca de los acontecimientos.
- A cualquier persona se le hace difícil comprender o aceptar la guerra y el terrorismo. Los padres, maestros y adultos que los cuidan pueden ayudar escuchando y respondiendo de manera honesta y consistente, y dándoles apoyo. La mayoría de los niños, aun aquellos expuestos a trauma, son bastante resistentes. Al crear un ambiente abierto donde ellos se sientan libres para hacer preguntas, los podemos ayudara enfrentarse a estas situaciones y así reducir la posibilidad de dificultades emocionales.