Imma Marín, directora de Marinva
Ya hace más de quince años que decidió emprender un negocio que le permitiera desarrollar su verdadera pasión: la educación a través del juego. Desde entonces, con la fundación de Marinva -una empresa especializada en el diseño y la realización de proyectos comunicativos, dinamizadores, así como de formación y ocio donde el juego tiene un papel destacado- ha podido enseñar y divertir a multitud de niños, así como a algunos adultos. Experta en juegos, juguetes, infancia, nuevas tecnologías y educación en el tiempo libre, Marín ha apoyado siempre desde su vida profesional, así como desde la personal, el derecho de los niños a jugar y los beneficios de esta actividad. Su implicación con este tipo de educación la han llevado a presidir en España la Asociación Internacional por el Derecho del Niño a Jugar (IPA), además de encontrarse vinculada a otras asociaciones relacionadas con el juego.
Hace 15 años que fundaste Marinva, ¿con qué espíritu nació la empresa?
Marinva nació en 1995, cuando yo comencé mi andadura en solitario, buscando poder desarrollar proyectos en el ámbito de mi saber e interés: la educación a través del juego. La voluntad de Marinva desde un primer momento fue ofrecer servicios y proyectos basados en el juego, que enriquecieran el ocio educativo de los niños y de sus familias. El año 2000, fue un momento importante para Marinva ya que consolidamos un equipo de 8 personas y, a la experiencia entorno la educación y el juego, le sumamos la aportación de la tecnología, y comenzamos a desarrollar juegos multimedia a través de internet. Y aquí estamos, aprendiendo jugando y jugando aprendiendo.
Tu filosofía, así como la de Marinva, es que aprender debe ser una actividad divertida. ¿Por qué es tan importante que los niños se lo pasen bien estudiando?
Primero me gustaría profundizar en el término “divertido” cuando hablamos de juego. Ya María Montessori nos decía que un juego que no divierte no es un juego. Pero es que cuando hablamos de “diversión”, o mejor dicho, de “placer” referido al juego, hablamos también de esfuerzo. Es decir, del esfuerzo sostenido que se consigue a través de la motivación del juego. Cuando jugamos, nos divertimos y de esta manera, podemos mantener el interés y nos esforzamos de manera mucho más prolongada en el tiempo. Es decir, no nos cansamos cuando lo pasamos bien, al contrario, somos capaces de poner mucha energía en lo que estamos haciendo. El placer del juego es motivador y también valorable, porque me siento orgulloso de los retos que soy capaz de superar… jugando.
¿Cuáles son vuestros principales clientes?
Una de las ventajas con las que contamos como empresa es el apoyo y confianza de un importante número de clientes habituales, algunos de ellos desde hace más de diez años. Esto ocurre en la administración pública, con clientes como el Instituto Municipal de Educación de Barcelona, el Instituto Municipal de Parques y Jardines, el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat de Catalunya o Televisió de Catalunya. Y también en el ámbito de entidades privadas contamos con clientes que nos acompañan desde nuestros inicios, como Educa Borras o la Fundación Crecer Jugando; otros con los que trabajamos desde hace tiempo, como La Caixa, la Fundación Red Andalucía Emprende o DEC BBDO; y clientes de nueva incorporación como el Museo del Rock de Barcelona o la consultora Everis.
En tu blog también aseguras que el juego puede ser útil en empresas e instituciones. ¿Cómo crees que puede ayudar?
Estamos en el momento de la gamificación, y esto no es porque sí. Sabemos que los mensajes no llegan sólo por la razón. Hace falta movilizar sentimientos y emociones. Hace falta implicar toda la persona, tanto si hablamos de formar, sensibilizar o promocionar, y eso es lo que el juego no sólo permite, sino que potencia.
Cada vez son más las empresas que se acercan al juego para establecer con éxito sus formaciones tanto de tipo presencial, a través de metodologías lúdica de aprendizaje, como de tipo virtual a través de serious games. Formación técnica, transmisión de valores i cultura de empresa a los nuevos empleados, alineación con los objetivos y estrategias de la empresa, todo eso ahora se está haciendo, cada vez más a través de lo que llamamos juegos serios.
¿Nos contarías alguna anécdota curiosa relacionada con la aplicación del juego en empresas?
Quizá uno de los proyectos más curiosos ha sido el desarrollo del juego El Proceso para la Escuela Nacional de la Judicatura Dominicana. Este juego pretendía dar a conocer y vivenciar los valores de su nueva ley penal entre los actores principales de un proceso penal: jueces, abogados, fiscales, policías y ciudadanos. El juego simula de manera muy real el proceso de su actual ley penal. Para testar el juego después de habérselo mostrado a todas las partes implicadas, organizamos una partida con todos los actores: dos jueces, dos abogados, dos policías y dos fiscales. La partida la ganaron los policías, ¡a pesar de las trampas de los abogados! Realmente se jugó de manera apasionada. El juego fue acogido por todos con muchísimo interés y se sigue utilizando en la Escuela como introducción y motivación para los debutantes.
¿Cuál es para ti el futuro de los videojuegos en la educación?
Durante muchos años los videojuegos no han tenido muy buena acogida por el mundo de la educación, al considerar que los niños y niñas quedaban atrapados frente a sus pantallas y expuestos a contenidos llenos de violencia. Muchos de estos prejuicios se debían al miedo a lo desconocido así como por el acceso indiscriminado de los menores a videojuegos para adultos.
Hoy en día estamos ante una nueva realidad en la que los videojuegos se han popularizado enormemente gracias a los nuevas propuestas de consolas como la Wii, Braintraining o Sing Star, lo que ha permitido descubrir los potenciales de este entretenimiento en la educación, no sólo por la motivación e interés que generan sino porque también nos ofrecen un entorno de aprendizaje afín a la necesidades y tendencias educativas del futuro: personalización, trabajo colaborativo, simulaciones, aprendizaje emocional… Estamos asistiendo a una transición que pasa de considerar los videojuegos como enemigos de la educación a un modelo de innovación educativa: la gamificación en las aulas.
Superada esta primera barrera, se nos presentan nuevos retos como la necesidad de desarrollar metodologías y didácticas para una implementación eficaz, la formación y experiencia por parte del profesorado, la producción de videojuegos (serious games) adaptados a las necesidades de la escuela o incluso la adaptación tecnológica de las aulas.
Desde Mariva desarrollamos y participamos en la producción de este tipo de videojuegos con intención educativa y que a su vez, nos permiten diseñar y realizar una metodología propia de implementación en ámbitos educativos siguiendo los enfoques metodológicos del Game Based Learning. Además, seguimos creyendo que muchos videojuegos comerciales pueden ser aplicados en entornos educativos como recursos didácticos.
Para ti, ¿cuál sería el modelo ideal de educación?
Que pregunta más bonita y difícil de responder. Para mí el mejor modelo de educación es aquel que pone en su centro al alumno de manera personalizada y a la vez que es capaz de poner en sintonía a todo el grupo-clase. Es aquel que tiene en cuenta y desarrolla de manera transversal las inteligencias múltiples y que se basa en los nuevos conocimientos respecto los procesos de aprendizaje, aportados por la neurociencia. Y por supuesto, aquella que se basa en la capacidad lúdica del alumnado: su curiosidad (motor del aprendizaje), sus ganas de saber, experimentar, descubrir, imaginar, crear y crecer. Y en ello nos sentimos absolutamente comprometidos desde Marinva.