Si le pides a un adulto que te dibuje un fantasma, probablemente dibujará una silueta blanca suspendida en el aire. Pero ¿cómo sabe dibujar un fantasma, si nunca ha visto uno? La edad y, por lo tanto, los miles de impactos que recibimos día a día y las experiencias vividas marcan nuestra forma de ver (o imaginar) la realidad.
Para los niños, que evidentemente tienen muchas menos experiencias y no están influenciados por interpretaciones de la realidad ajena, el arte es una forma de expresión, ya que a través del dibujos, los colores, las formas y las texturas nos muestran de qué forma ven ellos la realidad.
Si bien algunos maestros se entusiasman con el arte infantil y su falta de esquemas e influencias y no ponen límites a su creatividad, con el tiempo la mayoría de niños se ven obligados a asimilar que el sol debe pintarse amarillo, la lluvia azul y los fantasmas blancos, haciendo que el niño deje de utilizar el arte como sistema de expresión y, como consecuencia, disminuya su creatividad.
Algunos expertos defienden que si los niños pudieran desenvolverse sin ninguna interferencia del mundo exterior no necesitarían estímulos para su trabajo creador, una capacidad que cada vez es más buscada conforme el individuo va creciendo.
Hoy, el día en que se cumplen 26 años de la muerte de Salvador Dalí, recordamos a un artista que no puso barreras a su arte y que lo utilizó como sistema de expresión, transformando la realidad en símbolos llenos de significado.
¿Qué opinas, cuál es tu visión del arte y los niños?