Los inventores de los contenedores

reciclar

Hoy queremos compartir un divertido y útil cuento para enseñar a vuestros alumnos la importancia del reciclaje y más concretamente el uso de los contenedores.

Explica a los más pequeños el por qué del color, la forma y su utilidad con este cuento que hemos encontrado en Educación ambiental.

Los inventores de los contendores.

Hubo una vez, un tiempo en el que todas las calles estaban llenas de basuras, había botellas de plástico, bolsas, pañales… De manera que nadie podía jugar, no podían colorear porque tenían que taparse la nariz, no podían hablar, porque al abrir la boca el mal olor se les metía dentro. Así que los niños y niñas del Colegio X decidieron hablar con el famoso explorador Jones,  para buscar una solución. Jones, sería estupendo tener un contenedor para tirar la basura, pero no sabemos que echar y cómo pueden ser. Tú que has viajado mucho, seguro que tienes alguna idea. Y Jones les dijo, que él no sabía cómo podían ser, pero que la naturaleza es muy sabia, y que seguro que si la escuchamos con atención, nos dará la solución, así que deberemos ir a una selva en busca de los animales para preguntarles qué hacer. ¿Estáis preparados para emprender este viaje? Sí, pues adelante.

Todos los niños nos subimos al barco, vamos navegando, sacamos el mapa. Cuidado que viene el viento. ¡OHHH! el mapa se ha ido volando y se ha caído al agua, menos mal que lo ha recogido un delfín. Gracias delfín, menos mal que lo has podido coger, porque tenemos que llegar a la selva para preguntarles a los animales como podemos hacer los contenedores. Perooo, delfín que te pasa, los delfines siempre tienen una gran sonrisa, y tú estás triste. Si Jones, estoy triste porque el viento siempre se lleva volando los papeles y caen al mar, y justo cuando voy a leerlos, la tinta se borra y siempre me quedo con la duda de saber que ponía. Así que si yo tuviera que construir un contenedor, lo haría para echar los papeles y los cartones, y como mi color favorito es el azul del mar, lo pintaría de azul. Estupendo, delfín, eso ha sido una gran idea, y para que todos sepan que es idea tuya, la entrada para los papeles será tan grande como la sonrisa de un delfín.

Eso me haría muy feliz, dijo el delfín, y como señal de agradecimiento, os guiaré hasta la isla de la selva.

Y así fue como los pequeños aventureros llegaron a la isla de la selva, pero nada más desembarcar… empezaron a sentir unos pequeños temblores, ¿será un terremoto?¿será un elefante que está aprendiendo a bailar?

Tranquilos, dijo Jones, es solo un topo, que está saliendo de su túnel. Y de repente, de la tierra salió un topo, con unas enormes gafas y estaba tan cansado de escavar que nada más salir se tomo un yogurt para reponer fuerzas. Sr topo, dijo Jones, quizás tú podrías ayudarnos, podrías decirnos como sería tu contenedor favorito y que echarías en él. Umm, como paso mucho tiempo bajo tierra, tiro muchos envases para que no se me estropee la comida, tiro muchas latas, brick, botellas de plástico… así que me encantaría tener un contenedor para echar esas cosas, y como lo que más me gusta en el mundo es salir de mi túnel y ver el sol, yo lo pintaría de amarillo, pero eso sí, os pediría un favor, con estas enormes gafas, lo veo todo doble, así que ponerle dos agujeros para que así siempre acierte al tirar la basura. Muy bien Sr topo, así lo haremos.

Los exploradores siguieron caminando hasta llegar a una enorme cueva, de la que salió una osa. Sra osa, podría ayudarnos a decidir cómo hacemos los contenedores. Ummm, a los osos nos encanta comer, y siempre nos están sobrando restos de comida, así que podríamos tener para los restos de comida, un contenedor gris, como una cueva. Y de repente, se escucho, nooo, no le hagáis caso. Era la voz de un murciélago. Que vas a saber tú, si siempre estás cabeza abajo, dijo la Sra. osa. Y el murciélago contesto, tú siempre tiras los restos de comida en la cueva, y se escapan los malos olores, por eso a veces me mareo y me quedo boca abajo. Y entonces el murciélago abrió sus alas, y tapo la entrada a la cueva, y Jones dijo, eso es, hagamos el contenedor gris como una cueva, y pongamos una tapa, como si fuera un ala de murciélago, y así ya no se escaparan los malos olores.

Esperarmeeee, esperarmeeee, era una tortuga que venía a toda prisa. Me he enterado, que estáis preguntando cómo hacer los contendores, y yo tengo muchas ideas, esperar que saque mi botella y me refresque un poco, que de tanto correr, estoy sedienta. Y la tortuga saco una botella de vidrio. Sra tortuga, esa botella es muy rara, es dura. Claro, como yo soy muy tranquila y me muevo muy despacio puedo coger botellas de vidrio, que son las duras que hacen clin. Pero cuando me las bebo, no sé qué hacer con ellas, así, que me gustaría un contenedor para echarlas, que fuera verde como yo, y redondo como mi caparazón, con un agujero arriba del todo.

Estupendo, niños, ya tenemos contenedores para todo, así que es hora de volver a nuestro hogar y empezar a reciclar.

Autor: Iván Lobato Gago.

Un cuento muy dulce

 

Hoy queremos compartir con todos vosotros un cuento muy dulce que hemos encontrado en la plataforma Tiching , y nos parece muy adecuado para explicar a vuestros alumnos.

 

Eva María Ribera es la autora de “Un chocolate muy especial”. Ella es maestra de 3º de primaria y una gran apasionada de los cuentos. Le encanta escribir cuentos para niños, adolescentes y algunas veces prueba con pequeñas poesías.

 

Es un cuento muy divertido y entretenido, y  con unos valores asociados: respeto a la diversidad, amor, amistad y gratitud.

Aquí encontrarás las láminas  para descárgatelas y proyectarlas en clase.

 

¡Seguro que les encantará a tus alumnos! ¿Lo contarás en clase?