Siempre hemos defendido los beneficios de escribir a mano y personas como Oriol Miró no solo hacen lo mismo sino que además lo convierten en un arte y en un modo de vida. Este profesional nacido en Barcelona se dedica a la caligrafía desde 1994. ¿Quieres conocer sus puntos de vista? No te pierdas esta entrevista.
Vivimos rodeados de teclados y hay cierto debate sobre la subsistencia de la escritura a mano. ¿Cuál es tu opinión?
Estoy encantado con mi ordenador. Los ordenadores sirven para muchas cosas y la escritura a mano sirve para muchas otras cosas. No hay ningún debate ni conflicto ni competencia.
Por otra parte, parece que se ha puesto de moda hacer caligrafía. ¿Has notado este creciente interés?
Llevo veinte años haciendo caligrafía y no veo ninguna moda. Mi maestro Keith Adams lleva más de treinta años dando clases de caligrafía en las mejores escuelas de diseño de Barcelona. Él y su mujer, Amanda, han hecho un inmenso trabajo de divulgación de la caligrafía.
¿Qué beneficios tiene escribir a mano?
Escribir a mano nos ayuda a fijar el conocimiento, retener mejor los conceptos y nos permite estructurar mucho mejor nuestro discurso. Esto es fundamental. La escritura es la base fundamental de nuestra cultura. De la escritura a mano deriva todo nuestro conocimiento y cultura.
¿Cómo podemos motivar a los niños para que aprendan a escribir y mejoren su letra sin verlo como una obligación?
Estudiar no debe ser nunca una imposición. Se debería motivar a la gente a aprender en general, a no hacer «recorta y pega» de lo que otros han hecho.
Escribir a mano no debe ser una imposición. Simplemente hay que escribir a mano para poder aprender mejor, fijar los conocimientos y estructurar mejor el lenguaje.
¿Podrías decirnos algún truco para hacer buena letra?
Practicar cada día.
Y en cuanto al material… ¿Con cuál se consiguen las mejores letras?
Hay pocas cosas comparables a escribir con una pluma de ave. Escribir con una pluma de oca, ver cómo salen unos trazos tan finos que parece casi imposible… es difícil de explicar. Pero cada tipo de pluma o pincel sirven para propósitos diferentes. Escribo mucho con pincel, plumas metálicas de punta cuadrada, plumas de expansión y plumas caseras de lata. No utilizo nunca las plumas de juguete que ya vienen con la carga de tinta, como si fueran estilográficas. Las detesto. Son muy simples y no puedes hacer nada personal con ellas.
¿En qué te inspiras tú para hacer esas letras con tanto arte?
Mis referentes son siempre las inscripciones romanas, los manuscritos medievales y el Renacimiento. Recuerdo el primer día que tuve en mis manos un manuscrito medieval, el Beato de Liébana de la Seu d’Urgell. Ese día cambió la vida. La influencia de The Book of Kells también es inmensa. Y es imprescindible mencionar el trabajo de Bartolomeo Sanvito. Éstas son las mejores referencias que tengo. A nivel particular, Rudolf Koch es una influencia enorme para mí. Otros nombres de referencia a nivel personal son Friedrich Poppl, Hermann Zapf y Werner Schneider.
¿De cuál de tus trabajos te sientes más orgulloso o cuál te ha hecho una especial ilusión?
No sabría decirte un solo trabajo. Estoy muy contento de las fachadas de edificio que tengo en Ripoll, la etiqueta de vino LA PELL, los trabajos para Ibercamera, y sobretodo de los libros para Anton. Fue un encargo muy bonito. Fueron 29 libros como homenaje para un solo hombre, Anton. Amigos y familiares querían hacer un obsequio a un hombre que lo tiene todo. El resultado fueron 29 libros, uno por persona, donde cada uno habla sobre su relación con Anton. El papel estaba hecho a mano en Japón, los libros fueron encuadernados también a mano en Japón, yo los escribí en Barcelona y estaban puestos en un mueble de madera hecho a mano en Holanda.
Para ver más trabajos de Oriol y obtener información de sus cursos y talleres podéis visitar su web www.urimiro.com.
Actualmente imparte un curso online de Góticas Potentes en Domestika.
